martes, 25 de enero de 2011

Mi ser


A menudo me gustaría ser otra persona… demasiado a menudo, creo.

Más segura de mí misma, menos egoísta, más dócil, más alegre, más bajita, más guapa… cualquier otra persona que no sea yo. Y es que hay momentos en los que termino realmente harta de mí, como si hubiera un ser dentro de mi persona que actúa totalmente fuera de mi control. Ese ser a veces está rabioso, se frustra por no conseguir lo que quiere, se impacienta, le gusta hacerse la víctima, es verdaderamente insoportable. Y supongo que yo debería tener el poder de controlarlo, pero lo cierto es que no lo consigo… Cuando siento que mi ser alienado empieza a cobrar protagonismo intento ignorarlo, a ver si así desaparece. Otras veces incluso me enfrento a él de forma directa, hasta agresiva en ocasiones. Pero ni un intento ni el otro consigue el resultado deseado. Sigue ahí, riéndose de mí. Encima me ha salido chulo…

Mi ser se cabrea y tiñe de negro lo que toca. Su negatividad es contagiosa y casi sin darme cuenta me ha infectado entera. Después me cuesta un esfuerzo enorme limpiarme otra vez, haciendo un verdadero ejercicio de lucha interior… Las batallas pueden durar minutos, horas, días o semanas. Una vez duró tanto que dejé de reconocerme y casi hasta olvido quién soy. Estuvo a punto de conseguir la victoria absoluta, pero algo me hace siempre reaccionar cuando está casi todo perdido. Una voz, un sentimiento, un amigo, una frase… siempre aparece justo a tiempo para despertar mi conciencia de la pesadilla y ayudarme a dar el primer impulso para levantarme. Las batallas largas me dejan agotada, pero lo cierto es que llevan tras de sí un rastro de cierto orgullo por haber sido capaz de no dejarme vencer. Y eso me hace sentir más preparada para enfrentarme al ser en una futura batalla… aunque lo cierto es que no es así, pero la sensación es reconfortante.

Ya no recuerdo cuánto tiempo llevo luchando para que mi ser encuentre otro cuerpo que atormentar, pero en el fondo creo que somos una simbiosis… quizá sin él no sería más que una persona que va y viene por el mundo sin dejar rastro a su paso… quizá gracias a él me esfuerzo por ser mejor persona cada día, ejercito mi mente para que no me supere, me siento más viva… quizá después de todo deba dejarle existir… y aprender a domesticarlo…

¿No?.

miércoles, 19 de enero de 2011

Marrakech


La primera mañana que me despertó el imán con su canto me pareció por un instante tenerte a mi lado… juraría que podía percibir el olor del çai del desayuno… e incluso escuchar tus susurros en mi oído…

Pero no estaba en Estambul. Estaba en Marrakesh… sin ti… o quizá contigo...

Marrakesh me huele a especias y a humo... y a polvo. El color ocre/rojizo de sus casas refleja un atardecer eterno… desde que amanece hasta que se esconde el sol. Es intensa y ruidosa, pero por las noches se repliega en sí misma…, se apaga… yo diría que hasta desaparece, ¿no crees?. Me gustaba pensar que era una ciudad de "quita-y-pon", como la de un cuento. El imán tiene en su canto la llave que abre la ciudad todas las mañanas... y que la cierra al final del día. Después de plegarla la guarda celosamente en una caja de especias, entre la canela y el comino. Y así, a su recaudo, se asegura de que el tiempo se detiene para Marrakesh que, ignorante de esa parálisis temporal, continúa con su vida en el punto exacto donde la dejó la noche anterior...



jueves, 6 de enero de 2011

A través de ti

Quiero tocar de la forma que lo hacen tus manos... así... sintiendo la vida con cada caricia… exprimiendo cada palmo del recorrido... Quiero rozar, palpar, transmitir escalofríos… Quiero repetir tus movimientos, asumirlos, experimentarlos…

Quiero sentir los sabores que paladeas, que me los ofrezcas con tu boca y que me llenes de vida con ellos… Quiero saborear como tú lo haces, con vehemencia, estudiando cada milímetro que recorres con tu lengua, estremeciéndote... y estremeciéndome…

Quiero absorber los olores que percibes… sentir cómo penetran y se hacen parte de mí... Quiero oler tu piel y aspirar tu aroma hasta ahogarme en él… que se mezcle con mi olor y emane el perfume de nuestros cuerpos cuando nos convertimos en uno…

Quiero ver lo que ven tus ojos… las mismas figuras, los mismos colores… Quiero perderme en el rojo fuego de tus atardeceres y amanecer contigo en azul… Quiero ser la primera cuando abras los ojos por la mañana para zambullirme en su profundidad verde… Quiero observar el mundo desde tus pupilas y descubrir los colores a través de ti… Quiero mirar con la misma intensidad con que tú lo haces…, quiero alcanzar el alma, los miedos y los sueños… Quiero ver tus ojos mirando los míos, luchando por llegar hasta dentro…, ansiosos…, devorándome…, aniquilándome…

Quiero ir contigo…. y acariciar como tú, saborear como tú, oler como tú, ver como tú…

…quiero ir dentro de ti…